Este fin de semana se ha celebrado en Torrequemada una jornada de arquitectura tradicional en la que se han dado cita representantes de diferentes instituciones:
- Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Junta de Extremadura
- Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología de Oviedo
- Ministerio de Cultura e Instituto de Patrimonio Cultural de España, dependiente del mismo.
- Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
- Unidad de Protección del Patrimonio Cultural de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, Consejería Cultura, Turismo y Deportes de la Junta Extremadura
- Universidad de Sevilla
El objetivo de la jornada ha sido explicar los procedimientos de trabajo que han dado lugar a la declaración de Las Corralás como Bien de Interés Cultural, la máxima categoría que otorga la Ley 2/99 de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, y contextualizar el pasado, presente y futuro de este bien patrimonial.
La primera toma de datos de este enclave se realizó a inicios de 2009, con posterioridad, vuelven a llevarse a cabo sendas visitas durante los meses de abril y mayo de 2013, con motivo de la restauración de cincuenta de ellas por el Servicio de Obras de la Junta de Extremadura.
En la realización de la ficha de inventario de Las Corralás han participado varias personas, naturales de la localidad, que garantizan la transmisión al futuro de la técnica de la piedra seca, así como el Ayuntamiento de la localidad. Todo lo relacionado con el interés etnológico (y en conexión con la dimensión inmaterial) en torno a las corralas se analiza con el trabajo de observación realizado en la localidad con personas que conocieron de primera mano el sistema de manejo de estos inmuebles durante la etapa de vigencia de los usos tradicionales hasta los años sesenta del siglo XX). Se trata de personas que, o bien trabajaron en la dehesa boyal y conocen la evolución de sus usos y, del mismo modo, del papel de las antiguas zahúrdas hoy sin uso, o bien antiguos alarifes que conocen las técnicas arquitectónicas con las que se levantaron aquellas sobre todo la piedra seca).
En el año 2016, fruto de la documentación recopilada durante las labores de inventario y del trabajo etnográfico realizado en la localidad con distintos informantes, se publicó un libro: La dehesa boyal de Torrequemada. Dimensión etnohistórica de una propiedad municipal y su arquitectura asociada. En él se vierten reflexiones acerca del papel de la arquitectura tradicional de la piedra seca de la dehesa publica de la localidad en la evolución de los usos tradicionales de la dehesa desde los años cuarenta del pasado siglo hasta la actualidad.
Este trabajo sobre ‘Las Corralás’ llevado a cabo por técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural sirvió de base al Ayuntamiento de Torrequemada para solicitar el inicio del expediente de reconocimiento de este conjunto arquitectónico como Bien de Interés Cultural por parte de la Junta de Extremadura. Asimismo, este trabajo fue presentado al Plan Nacional de Arquitectura Tradicional como proyecto genuino y representativo de la dehesa boyal y de su aprovechamiento.
La última revisión de Las Corralas se llevó a cabo durante el mes de febrero de 2017 con motivo de la inminente restauración que de todo el conjunto llevaría a cabo el Ministerio de Cultura, para hacerlas visitables, dentro de las actividades a desarrollar por el Plan Nacional de Arquitectura Tradicional, aprobado en el año 2014.
El Plan Nacional de Arquitectura Tradicional, aprobado en el año 2014, incluyó el conjunto de Las Corralás como ejemplo de la realidad que encierran estas construcciones, ya que el enclave es un referente para analizar la formación y evolución del paisaje cultural en la dehesa.
Tiene como objetivo general la salvaguarda de la Arquitectura Tradicional, entendiendo por salvaguarda las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad de este Patrimonio, comprendidas las acciones de identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización
Las acciones previstas en el desarrollo del Plan son financiadas a través de diversas fuentes, que se coordinan por medio de este, y que incluyen tanto al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España, como a otros organismos de la Administración General del Estado.
Con una vigencia de diez años, este plan supone un instrumento de gestión y colaboración entre las Administraciones públicas, entidades privadas y la sociedad en general, a través de la configuración de un marco metodológico común que facilite su actuación coordinada.
https://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/planes-nacionales/arquitectura-tradicional.html
Las Corralás” de Torrequemada se declaran como Bien de Interés Cultural, 2017
A pesar de que ya la Carta Internacional sobre la Conservación y la Restauración de Monumentos y sitios (Carta De Venecia 1964) en su Artículo 1 nos decía La noción de monumento histórico comprende la creación arquitectónica aislada, así como el conjunto urbano o rural que da testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa, o de un acontecimiento histórico. Se refiere no sólo a las grandes creaciones sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural. Y en la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural celebrada en París en 1972 se considerará “patrimonio cultural”: los monumentos, los conjuntos y los lugares o zonas que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
Un Bien de Interés Cultural (también conocido por sus siglas BIC) es la máxima figura jurídica de protección del patrimonio histórico, tanto mueble como inmueble. Si bien las entidades encargadas de proteger el patrimonio cultural han sido conscientes desde sus orígenes de la necesidad de llevar a cabo inventarios, en sus inicios, aproximadamente la mitad de los bienes declarados eran bienes inmuebles, mayoritariamente monumentos y dentro de ellos, especialmente bienes religiosos (iglesias, conventos, etc.).
En las últimas décadas se está dedicando más atención a ese otro tipo de patrimonio menos monumental, no en vano, en 2009 se concluye El Inventario de arquitectura vernácula en Extremadura con más de 6 000 registros. Aunque es anterior al Plan Nacional de Arquitectura Tradicional se adecúa a la misma estructura de trabajo. Este tipo de inventarios ha sido clave para que haya habido más intervenciones de recuperación y protección de elementos de patrimonio industrial, etnográfico e inmaterial como el caso de Las Corralás.
Así, “Las Corralás” de Torrequemada se declaran como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Lugar de Interés Etnológico mediante el Decreto 174/2017, de 24 de octubre, después de un largo procedimiento de trabajo.
El arte de la construcción de piedra seca: Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad, 2018
En paralelo a los trabajos de redacción y seguimiento del Plan Nacional de Arquitectura Tradicional, se organiza otro grupo de trabajo para presentar a la UNESCO una candidatura internacional para solicitar que el arte de la construcción de la piedra en seco forme parte de la Lista Representativa
del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad
Y así, en la reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, celebrada a finales de 2018, se declara Patrimonio Cultural Inmaterial El arte de la construcción de piedra seca: conocimientos y técnicas, una candidatura presentada por Croacia, Chipre, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Italia y Suiza y se incluye en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. En dicha declaración se incluyó el conjunto de Torrequemada como uno de los ejemplos representativos de esta técnica.
En todos los Estados licitadores, los practicantes y poseedores de la tecnología de la piedra en seco son tradicionalmente las comunidades rurales, que siguen practicando la piedra en seco como parte de su ciclo anual de trabajo. Los profesionales y propietarios construyen, restauran o mantienen, individualmente o en grupo (en colaboración con familiares o vecinos) diferentes tipos de estructuras de piedra seca. En España existen ejemplos de esta técnica en todo el territorio y, en particular, en Andalucía, Aragón, Asturias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y las Islas Baleares.
Cabe señalar que las obras creadas mediante la técnica de la piedra seca -muros, caminos, etc. – representan también miles de metros cuadrados de patrimonio material en los Estados licitadores. El arte de construir muros en piedra seca comprende los conocimientos y prácticas sobre su realización con un mero apilamiento de piedras sin usar otros materiales de construcción, salvo tierra también seca en algunas ocasiones
Con esos muros se han creado diferentes tipos de hábitat humanos, así como de estructuras para la agricultura y la ganadería, que han configurado paisajes muy numerosos y variados. Estas construcciones constituyen un testimonio de los métodos y prácticas usados por las poblaciones desde la prehistoria hasta la época moderna, con vistas a organizar sus espacios de vida y trabajo sacando el máximo partido de los recursos naturales y humanos locales. Los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas, en la lucha contra la erosión y desertificación de terrenos, en la mejora de la biodiversidad y en la creación de condiciones micro climáticas propicias para la agricultura. Los depositarios y practicantes de este elemento del patrimonio cultural son las comunidades rurales en las que está profundamente arraigado, así como los profesionales del sector de la construcción. Las estructuras en piedra seca se realizan siempre en perfecta armonía con el medio ambiente y las técnicas usadas son un ejemplo de relación equilibrada entre el ser humano y la naturaleza. La transmisión de este arte de la construcción se efectúa principalmente mediante la práctica adaptada a las condiciones específicas de cada lugar.
El contexto cultural, social y económico de Las Corralás
Los 250 inmuebles inventariados en Torrequemada como un todo forman parte de la configuración de un paisaje cultural y un agro ecosistema (la dehesa) con unas características definidas y es imposible entender sus dimensiones ecológicos, socioeconómicas, etnológicas e históricas si no se contemplan como un conjunto.
Las corralas de Torrequemada se ubican en un espacio de titularidad pública, una dehesa boyal de 270 hectáreas, que fue cedida al municipio de Torrequemada por la vecina ciudad de Cáceres en el siglo XVI, siendo desde entonces un lugar referencial para la población carente de recursos, pues en este predio se les permitía laborar, aprovechar los pastos para el ganado y criar cerdos para la obtención de valiosos productos alimenticios.
Como en muchas dehesas boyales, en Torrequemada se da tradicionalmente el fenómeno del condominio, es decir, el de la doble titularidad de los recursos. Así, por un lado, los usos del suelo, correspondientes al pastizal y a las áreas sembradas, pertenecen al ayuntamiento que cede a los vecinos el derecho para el aprovechamiento previo pago de una cantidad estipulada o mediante el sistema del sorteo.
Por otro lado, el vuelo, correspondiente a la arboleda y todos sus aprovechamientos (la leña, el corcho de los alcornoques y la bellota para alimentar a los cerdos que se criaban en las zahúrdas) tienen una titularidad privada, de modo que cada vecino dispone en propiedad de determinados pies de árboles de los cuales obtiene los recursos correspondientes.
Durante la vigencia de los usos tradicionales, es decir, hasta primeros de los años sesenta del siglo XX, el cometido de las construcciones de la dehesa era el de mantener a las cochinas de cría para que amamantaran a los lechones hasta que, tras el destete, eran trasladados a las viviendas del pueblo para ser debidamente engordados. En esta práctica no se contemplaba nunca engordar los animales en las cochiqueras, por ello, la estructura de las construcciones se corresponde con cámaras de cría que se complementan con cercados anexos de piedra, las Corralás propiamente dichas, cuya función era mantener al animal en un espacio controlado.
Al tiempo que son un ejemplo de la capacidad de la arquitectura tradicional para adaptarse a los condicionantes del medio, las construcciones se relacionan con el antiguo oficio de alarife: la persona que se encargaba de construir las zahúrdas utilizando técnicas como la de la piedra seca aprendidas de sus mayores en un contexto donde la transmisi6n de conocimientos se llevaba a cabo tuera de instituciones reglamentadas como escuelas técnicas y universidades. La fábrica de los muros de carga y paredes maestras de las zahúrdas son de piedra seca, a veces de mampostería con mortero de tierra, predomina el granito con mortero de barro. Aparecen forjados de techumbres elaborados con grandes lajas de pizarra cubiertas con tierra para evitar que el frio y el agua penetrasen en ellas.
El total sentido funcional de estas construcciones no nos permite hablar de la introducción de elemento ornamental alguno, no obstante, la extraordinaria adaptación al entorno de los mismos, al utilizar materiales locales y su arrn6nica integraci6n con el paisaje cultural del que forman parte, conceden a estas construcciones unos valores de índole estético en lo que se refiere al mero disfrute del entorno, que son imprescindibles tener en cuenta. En ese sentido, las corralas con testimonio de la sencillez y esencialidad de la técnica de la piedra seca.
Son construcciones de planta redondeada o ligeramente ovalada, levantada mediante piedras de granito (abundantes en el entorno) utilizándose la piedra seca, si bien en algunas se aplica la mampostería con mortero de tierra. La parte superior se remata con tierra y la entrada a la cámara se lleva a cabo mediante un vano conformado por un rudimentario dintel y dos jambas de granito. Las cercas empedradas se levantan mediante piedra seca y es en ellas donde se observa con mayor nitidez la presencia de esta técnica, la más genuina en este tipo de construcciones.
Podemos distinguir grosso modo tres tipologías de zahúrda. La primera consta de una construcción con dos partes diferenciadas: la zahúrda propiamente dicha, que hace de cámara de cría para las cerdas; y el espacio cercado que servía para el desenvolvimiento de los lechones y el animal adulto. Esta parte de la edificaci6n es la que proporciona el nombre popular de “corralas” a los inmuebles.
El segundo tipo de cochiquera es idéntico al anterior, con la salvedad de que incluye dos y a veces tres cámaras de cría. En ocasiones, la cerca o “corrala” propiamente dicha aprovecha el propio afloramiento de granito de la dehesa, cuando este se halla aplanado, aprovechándose en este caso la roca para cincelar un pequeño bebedero para los animales, fundamental si tenemos en cuenta que el cerdo no puede prescindir de agua durante mucho tiempo, ni de sombra, de ahí el papel de las encinas (los arboles de la dehesa) para proporcionársela. Las zahúrdas se construyen muy próximas a los árboles, los cuales tienen una titularidad privada, al contrario que el suelo para la siembra y los aprovechamientos de pastos, los cuales se regulan desde el Ayuntamiento.
La ultima tipología de zahúrda es la denominada en la localidad “corrala comunitaria” y refiere a una construcción de planta rectangular sobre la que se dispone una sucesión de cámaras de cría reforzadas por contrafuertes sencillos cuya techumbre, al igual que las individuales, dobles o triples, es de barro. En este caso, se aplica más la mampostería con mortero de tierra como técnica arquitectónica.
Las zahúrdas conservan prácticamente sin modificar su estructura originarias. Las recientes intervenciones de recuperación han respetado íntegramente el uso de materiales locales y la aplicaci6n de la técnica de la piedra seca.
Presente y Futuro de Las Corralás
Hay términos que se han repetido una y otra vez a lo largo de toda la jornada: las corralas son ejemplo de sostenibilidad, de valor territorial y paisajístico, de valor ecológico y cultural, de trabajo colaborativo y solidario, de tradición y por tanto necesarias de salvaguardar. Dejamos algunas ideas/ frases vertidas por las personas ponentes en esta jornada
Javier Cano, … Extremadura, dehesa, zahúrdas dedicadas a la cría del cerdo, reflejo de una economía basada en el aprovechamiento del ecosistema local, fabricadas utilizando una técnica constructiva con origen en el megalitismo, que utiliza el material local, sin duda Bien de Interés Cultural.
Marina Bargón, materiales locales, formas constructivas autóctonas, técnicas tradicionales constructivas de un lugar, constructores locales. Lo vernáculo está de moda, después del confinamiento de la COVID 19, quien no tiene pueblo está haciendo lo posible por buscárselo. En la película No time to die, de la saga de James Bond se apuesta por ejemplos de arquitectura vernácula para conquistar al espectador, en lugar de construcciones espectaculares. Cuidado, buena oportunidad para difundir, pero peligro de ser absorbidos por hordas de turistas instagramers. La arquitectura vernácula hoy día se enfrenta a problemas de abandono, desuso por perdida poblacional, a problemas relacionados con el cambio climático (volcán de La Palma, pérdida irreparable de ejemplos de arquitectura vernácula), a problemas geopolíticos (guerra de Ucrania, de la que aún son desconocidos los efectos sobre el patrimonio).
Aniceto Delgado, es notable el abandono, las administraciones deberían barajar la posibilidad de dar nuevos usos a los edificios existentes en lugar de hacer construcciones nuevas. Con la pérdida de un elemento patrimonial se pierde también los oficios vinculados al mismo, apostemos por programas de formación vinculados a los territorios para la pervivencia, recuperación de oficios tradicionales. La gente entiende la protección como prohibición, protección es salvaguarda, revitalización, hay que apostar por inventarios locales. No sabemos vendernos, el incendio de Notre Dame puso en marcha una campaña de crowfounding en cuestión de horas, hagamos lo mismo con la arquitectura vernácula que nos representa a cada uno de nuestros territorios y para cada uno de ellos es única. Vendámonos adecuadamente por los canales de que dispongamos. Actividades como esta jornada visibiliza Las Corralás.
María Pía Timón y Elena Agromayor, existen 14 planes nacionales, dependientes del Ministerio de Cultura, pero conformados a partir de comisiones de redacción regionales, son herramientas de gestión/ colaboración para la salvaguarda del patrimonio y están basados en el trabajo conjunto y multidisciplinar (planificación territorial, medio ambiente, turismo, patrimonio, sociedad civil, administraciones públicas). En el contexto actual de crisis social, económica y energética que estamos viviendo, debemos seguir apostando por la sostenibilidad, por la coherencia. Las técnicas tradicionales locales de construcción tienen valor territorial y paisajístico, ecológico, todos ellos en definitiva son valores culturales que deben ponerse en valor.
Carmen Barroso, La arquitectura tradicional nos aporta la base para luchar contra el cambio climático. La sensibilización es clave para que haya respeto y se asegure la salvaguarda. Y la creación de oficinas de ámbito comarcal ayuda a llevar un seguimiento mas controlado de todo nuestro patrimonio regional, con el amplio espectro que abarca el mismo.
Juan Agudo, pastores y porqueros no han ido de la mano en sus actividades profesionales. Mientas que al hablar de pastoril se piensa en las personas que ejercían o ejercen el oficio, al habar de porqueril siempre nos centramos en las construcciones asociadas a esta actividad, no en las personas. La calidad constructiva era más cuidada para los animales que para las personas. Sin embargo, se tiene documentada una compañía de porqueros surgida hacia 1739 en el Valle de los Pedroches. Estas compañías, cerradas en cuanto a número de socios y cuyos cargos eran rotativos, tenían poder económico colectivo, tal como se desprende de su participación en las fiestas locales, pero se sanciona la ostentación, se tiene un peculiar control de los gastos de los convites, para no poner en entredicho el poder de participación de otros porqueros, se favorece que cualquiera pueda participar, lo importante es la convivencia, no la ostentación se fomenta la solidaridad de grupo.
Ismael Sánchez, las dehesas boyales han proporcionado a muchas familias el poder llevar a cabo actividades económicas que les permitieran no llegar a situaciones de miseria, sin hablar de una situación idílica de convivencia dentro de las mismas, hicieron de colchón social para muchas personas. Las Corralás de Torrequemada representan una realidad socio económica mantenida hasta los años 50 del siglo pasado y sus construcciones en piedra seca son un paradigma de la arquitectura tradicional de nuestra región.
El Ayuntamiento de la localidad ha proporcionado una ayuda inestimable a lo largo de todo el procedimiento de trabajo llevado a cabo en Las Corralás, prueba evidente de la percepción patrimonial que tiene de estas construcciones. Y del mismo modo, proporcionó una cálida acogida a todo el grupo de personas participantes y ponentes en estas Jornadas, que se cerraron con una comida campestre de convivencia en el entorno objeto de las mismas.