En Benquerencia, Botija, Ruanes y Salvatierra de Santiago (Cáceres)
El sol de Extremadura, ese sol tan denostado en el estío y tan deseado con el frio; el mismo del que huye el perro en febrero, acompañado por el amo en marzo. El mismo sol que seca los higos en septiembre y antes engordó la uva. El que antaño marcaba la jornada laboral en el campo, y quemaba la piel los jornaleros y labradores, ogaño broncea los cuerpos de bañistas en ríos, piscinas o embalses. Ese sol que pautaba los ritmos y momentos de la vida cotidiana cuando no había electricidad, y que ahora la produce. Ese sol radiante que hace a las piedras parlantes.
En esta ruta que discurre por Benquerencia, Botija, Ruanes y, especialmente, Salvatierra de Santiago el viajero va a ser no ya testigo, sino participe y protagonista de lo que dicen esas piedras parlantes gracias al sol.
En Benquerencia la vida gira en torno a la plaza, donde se sitúa la iglesia de San Pedro y el ayuntamiento, que junto con la ermita del Cristo del Amparo son os edificios principales.
Precisamente en la pared de la iglesia que da forma a la plaza, a la altura de la cabecera del templo, especialmente cuando recibe los rayos de sol, ante los ojos del viajero se muestra lo que parece ser una inscripción. Esto despertará su curiosidad por leerla, transcribirla o interpretarla, sin saber que está siendo pionero, pues la inscripción es prácticamente desconocida y aún nadie la ha sabido leer.
Dando la vuelta a la esquina, en un extremo del ábside otra inscripción con algún símbolo.
El municipio de BOTIJA es conocido porque en su término se sitúa Villasviejas del Tamuja (yacimiento de la Edad del Hierro, calificado como BIC). Aunque hay más ejemplos de patrimonio histórico rural, como el conjunto formado por el denominado Puente Viejo, un molino aledaño y las zahúrdas en plena dehesa, junto al río Tamuja. Cuando el sol irradia sus rayos sobre el puente, el viajero puede ver de forma nítida las marcas de cantero grabadas en los sillares forman el puente:
letras, diversas combinaciones de puntos y otros signos. También las cruces en la jamba de la puerta del molino.
Ya en el núcleo urbano, el viajero puede acercarse a la iglesia de Santa María Magdalena, que en la parte exterior de su ábside presenta una pequeña cruz, difícil de ver sin sol, con una forma singular.
Paseando por las calles de RUANES, podemos contemplar la fusión de la arquitectura tradicional con una historia que rebosa hidalguía y erudición. En una de esas calles, se presenta al viajero una cruz sobre escalinata, a la que parece faltarle el fuste. Está adosada a una pared, de forma que no está claro quien sostiene a quien. El viajero ávido de descubrir signos, símbolos, letras, cifras…podrá con la inestimable ayuda del sol leer un apellido no extraño en la zona y más de una fecha.
En la plaza del pueblo, en un balcón frente al campanario de la iglesia, el imprescindible sol asiste al visitante en su labor de investigación para comprobar que, efectivamente, son unos símbolos heráldicos, aunque el auténtico placer radica en averiguar a qué linaje o familia corresponden.
La historia de SALVATIERRA DE SANTIAGO está ligada, como su propio apellido indica, a la Orden Militar de Santiago, cuyos símbolos, especialmente la Cruz de Santiago con variadas formas, proliferan en el interior de la iglesia de Santiago, en su puerta lateral, o en la fachada del edificio considerado Hospital de Peregrinos, conocido en el pueblo como el convento y en algún edificio particular.
También los romanos dejaron su huella en este pueblo, no en vano han aparecido más de setenta epígrafes, y el número sigue en aumento. Y aquí si es muy importante contar con el sol como aliado, tanto para leer la inscripción como para fotografiarla. Mostraremos al viajero cuatro casos en los que la piedra está casi entera, con lo que se facilita la lectura.
Lápìda funeraria que sirve de jamba en la calle Altozano en su recta final, está pintada y colocada boca abajo, con la particularidad de que entre dos líneas aparece un nombre añadido, posiblemente porque se le olvidó al cantero.
Ara votiva dedicada a Júpiter y un árbol esquemático debajo, haciendo esquina en un callejón de la calle Corredera.
Lápida funeraria, sirve de umbral y escalón en una casa de la calle La Pólvora, llama la atención por eñtipo de piedra y por aparecer el nombre Abliqvs, que haría referencia a un linaje nativo. En la puerta por encima, y sirviendo como jamba otra lápida funeraria, con la particularidad de que para leerla hay ver un lateral, pues el cantero se quedó sin espacio en la cara frontal. Lo que es importante pues la lectura varía si solo leemos el frente o también lateral.
Si hay un lugar en Salvatierra de Santiago donde proliferan las piedras parlantes es en la iglesia parroquial de Santiago y la pared que bordea el atrio. Al entrar en el atrio vamos recorriendo la pared de la derecha, culminada por sillares que presentan gran variedad de signos, símbolos, letras, pequeños huecos…que serán el deleite de los aficionados al misterio, las cábalas y las interpretaciones.
Destaca un sillar (el vigésimoquinto) que presenta nueve huecos unidos por unos pequeños surcos que le confieren forma de cruz. Sin embargo, es algo más profano: un tablero para jugar a 3 en raya, aunque no es el único único, pues con la inestimable ayuda del Astro Rey se puede ver otro tablero para 3 en raya, (vigésimo silllar) en este caso solo presenta los nueve huecos, sin surcos o rayas.
No se sorprenda el viajero de encontrar dos tableros de juego en un entorno sagrado, pues en el portal del templo, y sirviendo de umbral en el arco más cercano al campanario, se aprecia una piedra alargada con una mitad llena pequeños hoyos, 20 en total, que no es otra cosa que un juego, para unos un alquerque y para otros una mancala. Y en la parte opuesta (arranque del arco lateral) del mismo portal y solo si da el sol directo, aparece una marca con forma de gancho.
No es el anterior el único caso en que el sol visibiliza algo que de otra forma no se puede ver. Así bajando la plaza del pueblo, a la derecha aparece una puerta tapiada donde se aprecia un trozo de jamba de granito que oculta un arco y una flecha, grabados sobre ella. Es impactante estar presente en el momento en el que el sol va iluminando la piedra, y ante los expectantes ojos de los presentes va apareciendo un arco con una flecha de mayor tamaño.
El símbolo de la cruz está muy presente en Salvatierra de Santiago. Son varias las casas que en el dintel de la puerta o ventana tienen una cruz, a veces se incluye una fecha o incluso un texto. Su finalidad es proteger la casa y sus habitantes del mal. Protección que el viajero puede sentir cuando los observa mientras reciben el halo de luminosidad del sol. Están situados en la plaza Mayor, calles Iglesia, Feria, Mártires, El Santo, San Roque…
Además existen otros dinteles destacados, en los que la proyección de los rayos solares permiten apreciar el relieve de las formas, abriendo otra dimensión en la percepción del observador. Uno situado en la calle Puente, con una hexapétala en el centro y dos animales a los lados.
Otro en la calle Misa, presenta una flor de lis en el centro. Es necesario tener en cuenta que la flor de lis está muy presente en Salvatierra, pues además de formar parte de su escudo, también está expuesta en varias piedras dispersas por la población: en una pared junto a la torre del reloj, en un poyo de la calle Iglesia y como remate del alfiz de la puerta de la iglesia situada los pies del templo.
Si el viajero pregunta a algún lugareño por La Cruz, este le llevará a la conocida como Cruz de los Mártires, majestuoso crucero, con dos cruces más pequeñas añadidas a los lados. En su capitel aparecen textos en griego y en latín, con la particularidad de que están escritos al revés, como el Ave María que puede leerse, de derecha a izquierda, en el anverso del crucificado. Una vez más la presencia del sol es esencial para leer los textos, pero es más, también en el capitel el sol es necesario para visibilizar una rica simbología sobre la pasión de Cristo: clavos, tenazas y martillo; bolsa de monedas; escalera y lanza; látigos.
Tanto en Salvatierra de Santiago, como en Benquerencia, Botija y Ruanes, existen más piedras parlantes de las que hemos mencionado, las cuales bajo el influjo de la luz solar llamarán la atención de los visitantes.
MARCELINO MORENO MORALES. 2017
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